top of page

 

      "LOS OJOS VERDES"

Íñigo es un montero, que un día cazando con su amo Fernando, aciertan a un ciervo, y este herido trata de huir. Entonces, el cervatillo había huido hacia un lugar conocido como “la fuente de los Álamos”, donde según se dice, había un espíritu del mal. Fernando quiere seguirlo una vez que se había adentrado en ese lugar. Iñigo, su montero, le advierte del peligro, y que la caza está perdida, pero Fernando se adentra para recuperar ese ciervo, porque era el primero herido por sus manos. No obstante Iñigo le advierte que es una presa perdida, y que la fuente es un lugar peligroso, Fernando decide ir, adentrándose en los Álamos para recuperar su ciervo.

Días más tarde, Iñigo pregunta a su amo que por qué está tan triste, tan pálido, como si algo le preocupara, y en qué ocupa todas las horas que pasa cada día en los Álamos; a lo que su amo Fernando le responde describiendo el lugar, y que logró ver unos hermosos ojos verdes entre el rocío de aquel maravilloso lugar, unos ojos que lo tienen prisionero y que busca cada día. Entonces Iñigo le advierte, temoroso y asombrado, que esa mujer es en realidad un demonio que quería apoderarse de su alma. Finalmente, cara a cara con la misteriosa mujer, a la orilla de la fuente, Fernando le confiesa, totalmente obsesionado, que si ella fuese un demonio, igual la amaría siempre y en la eternidad. Sobre el final, Fernando es arrastrado al interior del río.

bottom of page